Río Mississippi 118, Col. Del Valle, Centrito Valle, San Pedro
Precios: medios-altos (entre 150 y 350 aprox. según lo que pidas)
Horario: Martes a sábado de 12:00 pm a 12:00 am; domingo de 12:00 pm a 11:00 pm; lunes cerrado
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Por Santoku
Cada vez es más grande la presencia de coreanos en la ciudad, por las nuevas empresas, y con ellos llegan su cultura y gastronomía.
El Seúl existe desde antes del boom reciente, pero ahora lo aprovecha para brindar platillos autóctonos a connacionales y regiomontanos por igual.
Acudimos a su local, muy acogedor, en Centrito Valle y nos acomodamos en la mesa. La propietaria, muy sonriente, vino a atendernos y dejarnos los menús.
Éstos están en español, pero en las paredes tienen pizarrones con el nombre de los platos en coreano para los compatriotas visitantes (que sí había varios, se rumora que a ellos les sirven más...).
La lista de platillos es muy variada, tienen desde parrilladas, guisos, pastas, sopas, entradas, postres... Mientras lo hojeábamos, nos trajeron los complementos que eran kimchi, que es un sellos de la cocina coreana, básicamente es col sazonada con especias; y aparte germinado de soya y espinacas.
Por cierto, aquí los palillos son de metal, como cualquier otro cubierto (te traen éstos, tenedor, y cuchara.
Empezamos ordenando las bebidas, que fueron una limonada con gengibre (el cuál ni se notaba) y una jarra de té verde, bastante interesante.
Hacía mucho frío, así que optamos por sopas calientes. Y se lo toman en serio, porque te las sirven en un plato ardiendo, así que esperen un poco, no se vayan a quemar. Por cierto, todos los caldos los acompañan con un platito de arroz, que está algo apelmazado pero muy simple y rico.
Optamos por un Yuk Ke Chang (180 pesos), que es caldo de res picante con germen de soya, cebolla, cebollín, champiñones, nabo y fideos. Está sabroso y reconfortante.
También un Kim Chi Chi Gue (150 pesos), que es caldo picante a base de kimchi, cebolla, calabaza, tofu y carne de puerco. Es de sabor intenso y agregándole el arroz supo aún mejor.
Pedimos también al centro una ración de Toppoki, que en el menú escriben como Tek Bo Qui (150 pesos), una botana muy común en Corea. Se trata de un guiso con rollitos de arroz, carne de res, repollo, zanahora y cebolla.
La salsa picosita de éste está deliciosa, pero hay que comerlo caliente, de inmediato, porque si se enfrían los rollos de arroz se vuelven chiclosos y poco disfrutables.
Tuvimos curiosidad además por los Se U Jen (100 pesos), que son minitortitas delgadas de huevo con camarones pequeños, que te sirven acompañadas de salsa de soya.
Éstas son una comida muy simple, que sirven en las calles coreanas. No están mal, pero saben muy aceitosas.
¿Volveríamos? Sí, el menú es inmenso y amerita varias visitas. Nos sugirieron probar en la siguiente vuelta las alitas, costillas y demás “comida corrida”, aunque estén algo caras. Iremos y diremos.
Recomendamos: De las sopas, nos quedamos con el Kim Chi Chi Gue. Mézclenlo con el arroz como si fuera consomé.
Fue como un pequeño viaje a Corea nuestra visita al Seúl, comimos como realeza y quedamos totalmente... al filo de la mesa.
¡Hasta el próximo corte!...
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