martes, 31 de mayo de 2016

PizzaRev


 Av. Fundidora 600, Col. Obrera, Monterrey

Precios: accesibles (menos de 130 pesos)

Horario: Lunes a domingo, 11:00 am a 10:00 pm

facebook.com/PizzaRevMx

pizzarev.com

Por Santoku

Una Rev-olución es lo que propone la cadena californiana PizzaRev, que aterriza en Monterrey con su sucursal frente a Cintermex.

Aquí puedes crear tu propia pizza desde cero, escogiendo la masa, salsa, queso e ingredientes, por 109 pesos (129 con bebida). Aunque si no andas muy creativo, también hay opciones prefabricadas, incluso pizzas de postre.

También tienen ensaladas para acompañar o para el amigo que se rehúsa a romper la dieta. Ah, y cerveza (pizza y cheve, combinación gloriosa, ¡gracias!)

El local está muy bien ambientado, bastante amplio. Pasas directamente a la barra donde escoges los elementos de tu pizza, que son todas de un solo tamaño, individuales.



Las masas las tienen ya preparadas y pueden ser tradicional, delgada y crujiente, o sin gluten (costo extra) por si alguien es intolerante (o muy hipster) y no quiere quedarse fuera de la experiencia.

De ahí siguen las salsas, entre las que están la roja de tomate tradicional, la blanca, barbecue, picante, pesto... Puedes pedirlas mezcladas o mitad y mitad.

En los quesos, las opciones van desde el clásico mozzarela hasta el queso vegano (costo extra), pasando por el panela, ricotta, feta y blue cheese.



Los toppings son muy variados, alrededor de 30. Tienen pepperoni, albóndigas, champiñones, jamón serrano, y otros como chile güero, frijoles ranch, pico de gallo, piña y anchoas. No hay límite en la cantidad a elegir, pero recomiendan no pasarse de ocho para disfrutar mejor los sabores.



Una vez armada, la meten al horno y en menos de 10 minutos está lista para comer. También puedes pedir para llevar, incluso desde casa y pasar por ella (2127-1895)



En esta visita armamos dos pizzas. La primera fue de masa tradicional, salsas mitad roja y mitad blanca con pesto; quesos mezcla de mozzarela, ricotta y feta; y en los ingredientes desfilaron pepperoni picante, albóndigas, jamón serrano, albahaca, cilantro, ajo, champiñones y cebolla morada.



La segunda fue confeccionada con una base delgada y crujiente, salsas mitad barbecue y mitad roja tradicional; quesos mozzarela y panela; y de toppings pepperoni, albóndigas, jamón normal, champiñones, cebolla, ajo y elote.



Para aderezarlas, hay una barra de salsas y condimentos muy bien surtida. Tienen queso parmesano, catsup, salsa inglesa, salsa Maggy, pimienta, chile en polvo y salsas que van desde mango, chipotle, jalapeño... hasta el “chile fantasma” (no lo haga compa; o bueno, sí para que vea que no).



Ambas quedaron deliciosas, escogimos buena combinación de ingredientes y las devoramos con mucho gusto. Quedamos tan satisfechos que nos entregamos sin resistencia al “mal del puerco”.


¿Volveríamos? Por supuesto, sería capaz de comer ahí diario, al menos hasta que me harte. El concepto está muy padre, sale mucho más barato que en otras cadenas que te limitan el número de toppings cuando tú lo que quieres es variedad. Los ingredientes son de calidad, es una experiencia deliciosa garantizada (es pizza, ¡duh!). Sobra decir que nos atendieron bastante bien, nos explicaron la mecánica del lugar de forma muy amable y la supervisora siempre estuvo atenta. Quizá estaría bien que hubiera opción de tamaños más grandes para grupos mayores, y servicio a domicilio.

Recomendamos: Nomás vayan y hagan su pizza, dejen volar su imaginación, no teman a las combinaciones. El cielo (y el tamaño de la base) es el límite. No se arrepentirán.



Fue excelente descubrimiento el de esta semana. Esperamos ver más sucursales de PizzaRev pronto en el resto del área metropolitana. Estamos seguros que no tardan en salir restaurantes que le hagan competencia en concepto (sabemos de buena fuente que sí habrá), bienvenidos sean.

Mientras tanto ya estamos pensando qué ponerle a nuestra pizza en la siguiente vuelta (¿jalapeño y piña?, ¿pesto con pollo?, ¿blue cheese con anchoas?). Ahora sí que nos dejaron... al filo de la mesa.

¡Hasta el próximo corte!...


viernes, 20 de mayo de 2016

Vancouver Wings and Beer




Anillo Periférico 1300 L9, Plaza Latino, Col. Colinas de San Jerónimo, Monterrey

Precios: accesibles (con menos de 200 pesos comes bien).

Horarios: Domingo a jueves, 12:00 pm a 12:00 am; viernes a sábado, 12:00 pm a 1:00 am

Facebook: Vancouver Wings San Jerónimo Mty

www.vancouverwings.com

Por Santoku

Nos atrajeron con la promesa de “las alitas más picosas de México”. Allá fuimos.

Vancouver Wings entra en el giro de bar de deportes, donde puedes ver a tu equipo mientras te echas unas buenas cheves y por supuesto, botaneas con un cubo de alitas, papas, etc.

Empezaron en Guadalajara en 2009, expandiéndose por varias ciudades de la República, ahora llegan a Monterrey en la zona de San Jerónimo y la van a tener muy peleada por el boom reciente de restaurantes de alitas en la ciudad.

El local no es muy grande, pero tiene una terraza agradable con pantallas para ver los juegos, aunque las mesas son pequeñas, con sillas altas estilo bar.




Ordenamos primero las bebidas: unos buenos tarros de cerveza, que estaban en promoción (30 pesos), aunque sólo incluían Tecate Light o Indio. Fuera de la promoción tienen un muy buen menú de cheve local y artesanal. No por nada dicen que la mejor excusa para visitarlos es ¡la cerveza! Tienen razón.

Ya refrescados nos asomamos al menú. Tienen ensaladas, hamburguesas, postres, botanas para picotear y por supuesto, alitas en varias salsas.

Aquí es donde presumen, pues además de las típicas buffalo, barbecue, lemon pepper, chipotle, entre otras, tienen las llamadas “incomibles”, del nivel 0 al 5 (aunque si las quieres aún más picantes, nos dicen que lo pueden hacer).

Quisimos ir poco a poco: pedimos 20 alitas en salsa nivel 0 (130 pesos), 10 boneless en nivel 1 (65 pesos) y para abrir hambre una orden de 10 aros de cebolla (35 pesos) y un plato de gajos de papas sazonados (50 pesos).

Los aros de cebolla están bien para el precio que tienen, no son los mejores, la cebolla tiene consistencia extraña y saben mucho más al empanizado que a otra cosa. Pero si nomás los quieres para monchear, no hay queja.



Los gajos de papas sí resultaron muy ricos, viene bien servido el plato y los acompañan con queso de nachos. También te traen mostaza y catsup aparte (esta última sabía rara, ¿qué marca será? ¿la harán ahí?).



Ahora sí, vamos con las alitas. La salsa nivel 0 está bien, sí se siente el picante, pero no te vas a enchilar, puedes comerlo sin problemas. Te da la sensación de que “podría ser peor”.



El pollo, por otro lado, estaba demasiado frito, la carne tenía consistencia más chiclosa que jugosa. No le llega a sus competidores más populares, pero están bastante comibles, no tienen mal sabor y la salsa les ayuda.

Un buen detalle es que al centro de la mesa ponen una cubetita para que vayas echando los huesos de las alitas y no se te amontonen en el plato. Por cierto, también las probamos en salsa buffalo, la tradicional, nada nuevo pero disfrutable.

Siguiente nivel: los boneless con salsa 1. Aquí el calor ya se empieza a notar, y eso que es de las más bajas. Sí pica, te pones a sudar pero es algo placentero, te enchilas poquito pero sabroso. Aunque si quieres llenar, tienes que pedir más de una orden, porque con 10 pedacitos que básicamente son nuggets más bien botaneas en lugar de cenar.



Precisamente eso hicimos, pedimos otra orden de boneless ahora con salsa nivel 2. Nos advirtieron que “con la 2 ya estás llorando, imagínate cómo serán las otras”, a ver si es cierto.

Y pues... no. Sí pican, pero nada de estar llorando ni sufriendo. Quizá tanto picante anterior ya me había dejado inmune, pero el nivel 2 fue un paseo en el parque comparado con la descripción que nos dieron. Sólo me dolió un poco la cabeza al acabar.

¿Volveríamos? Sí. Le habríamos seguido, pero ya había sido mucha salsa picante por un día, queda pendiente la segunda vuelta para probar las “incomibles” superiores. La verdad eso, junto con la cerveza y las promociones, es el atractivo de lugar, porque la comida no es la gran cosa. Es para ir con la raza a pasar un buen rato, más si eres del rumbo.

Recomendamos: Sean valientes y éntrenle a las salsas incomibles, ya sea en alitas o en boneless. Y nos cuentan su experiencia, a ver si el Al Filo Crew nos animamos...

El Vancouver Wings es un sitio al que los fans de las alitas se tienen que dar la vuelta, de perdido para curiosear, echarse unos tragos y buscar quedar... al filo de la mesa.

¡Hasta el próximo corte!...

martes, 17 de mayo de 2016

Viva Bagels



Blvd. Puerta del Sol 915, Col. Colinas de San Jerónimo, Monterrey

Precios: accesibles (100 pesos o menos aprox.)

Horarios: Martes a viernes, 8:00 am a 4:00 pm; sábado y domingo, 9:00 am a 4:00 pm

facebook.com/VivaBagels

Por Santoku

Aprovechamos que no habíamos almorzado para hacer una visita a Viva Bagels que se autonombra “el paraíso del desayuno”.

Esta casita en el área de Colinas se especializa en desayunos servidos en “bagels”, que si a alguien no le suenan son los primos salados de las donas, más populares en el gabacho que aquí.

Llegamos y nos sentamos en una mesita, con sillas igualmente pequeñas, donde apenas cabía sentado. El mesero, eso sí, se portó muy amable y nos trajo el menú, algo descuidado pero se disculparon porque apenas estaban haciendo nuevos.



Me tomó por sorpresa que la oferta -al menos la que ahí decía- era limitada comparada a las fotos de los bagels que cuelgan en las paredes o que publicitan en su página de Facebook. Quizá roten platillos por días, o tengan especiales, pero no nos lo comentaron.

Ordenamos del apartado de “entradas” unos chilaquiles verdes (55 pesos), a los que agregamos pollo por 25 pesos más.



Es una comida completa, bien servidos con su cama de frijolitos, aunque de verde tenían poco color. Pero estaban sabrosos, con toque acidito de la salsa.

De los bagels escogimos el de huevos benedictinos (100 pesos), que lleva jamón, huevo escalfado, tocino y salsa holandesa.



El sándwich es de muy buen tamaño, sugerimos usar tenedor y cuchillo para comerlo si no quieres llenarte los dedos de yema de huevo. Su sabor está bien, pero nada que nos volviera locos, de hecho quedé con algo de hambre y eso que no acostumbro desayunar pesado.

De tomar bebimos café americano y un Boing de mango, de botella, que tenía años sin probar, fue agradable recordarlo.



¿Volveríamos? Quizá, de perdido para sacarnos la espinita de a ver cómo están los demás bagels, creo que escogimos uno no tan espectacular (aunque algo caro). Ahora bien, el nombre de “paraíso del desayuno” le queda algo grande al lugar, o a lo menor fuimos en un mal día. Una sugerencia sería dar la oportunidad al comensal también de crear su propio bagel, incluso poner una barra donde él mismo pueda armarlo con ingredientes simples (mantequilla, filadelfia, mermelada, miel... huevos revueltos, tocino), y poder tostarlos tú mismo, ya que precisamente ésa es la magia de estos panes, poder personalizarlos, al menos eso hemos visto en los viajes a los United.

Recomendamos: Prueben el bagel que más se les antoje. Hay opciones como los de brisket, salmón ahumado, y omelette de espinacas que suenan muy interesantes. Curiosamente no vimos ningún bagel dulce en el menú, y las fotos del local indican que los tienen.

Ya almorzados y encafeinados, seguimos nuestro camino. Esperamos regresar pronto a Viva Bagels a ver si hay novedades. Por lo pronto seguiremos... al filo de la mesa.

¡Hasta el próximo corte!...

lunes, 2 de mayo de 2016

Sonora Grill Prime




Av. Lázaro Cárdenas 2000, en el Metropolitan Center, Col. Valle Oriente, San Pedro

Precios: altos (desde 170 en botanas hasta 1900 pesos en el corte de carne más caro).

Horario: Lunes a domingo, 1:00 pm a 12:00 am, (viernes hasta la 1:00 am, sábado hasta las 2:00 am)

facebook.com/SonoraGrillPrimeMonterrey

sonoragrillprime.com

Por Santoku

Para disfrutar de un buen corte a la parrilla, aquí en Monterrey no ocupamos mucho: un asador competente, carne de buena calidad y un par de técnicas que todo buen regiomontano nace sabiendo.

Opciones de restaurantes para saborear buena carne asada hay a montones, por lo que Sonora Grill Prime llega a hacerse camino entre un mar de competidores.

Su apuesta, por otro lado, es llegarle a otro gusto de los regios: la comodidad y lo “novedoso”, por lo que esta cadena instaló su sucursal norestense en el nuevo Metropolitan Center, en San Pedro, con una propuesta “gourmet” de cortes de carne en un ambiente exclusivo.




La decoración es soberbia: mesas de madera amplias, con patas hechas de máquinas de coser recicladas (en ocasiones eso impide acomodarte a gusto), asientos acolchonados, cristalería y cubertería de calidad. Se nota que le han invertido, y bien.



Cuentan con área interior y también terraza con bar y vista a... la avenida. Nosotros escogimos afuera, pero si hace calor es mejor quedarse adentro en el clima. La terraza déjenla para una noche de drinks “coquetos”.



En pocas palabras: sí, es un restaurante “high”, “fresa”, o como le quieran llamar, hasta tienen un DJ residente. Eso sí, saben muy bien lo que hacen.

Ahora pasemos a lo que nos importa: la comida. Su cocina es estilo Josper, que significa que la carne es sellada primero en el asador para terminarla después en horno de leña.



La carne la traen de Sonora, donde dicen que se dan los mejores cortes del país. Tienen a tu disposición bellezas como arrachera, rib eye, tomahaw, cowboy, filete, porterhouse, t-bone; desde los 500 grs, 800 grs, hasta el kilo. Si tienes dudas te traen a la mesa los cortes en crudo para que elijas el de tu preferencia, que cocinan en el término de tu elección.

Aunque su fuerte es la carne de res, su menú es bastante variado con botanas, sopas, ensaladas, pastas, tacos entre otras cosas.

Mientras decidíamos qué pedir, botaneamos con los totopos que sirven en un cucurucho al centro, acompañados de frijoles con queso y seis diferentes salsas. Tienen de habanero, piquín, cacahuate, tamarindo... por mencionar algunas.



Pedimos de beber unas cervezas para mitigar el calor. Manejan solamente Grupo Modelo y algunas locales artesanales. Cabe mencionar que en cervezas y mixiología pides de dos en dos: te cobran de una vez dos bebidas y cuando te termines la primera te traen la segunda. (La mía me duró toda la comida... sólo quería una y tuve que pagar por dos).

Al final nos decidimos por un clásico: el rib eye de 800 grs (1010 pesos), para compartir, asado a término medio. Como guarnición escogimos una papas prime, que traen tocino, parmesano y queso amarillo, así como unos champiñones al ajillo.



El ribe eye llegó en el término solicitado, de hecho el mesero lo corta frente a ti para que le des el visto bueno. Lo traen sobre un miniasador para que no se te enfríe y pierda su encanto.

De sabor quedó muy bueno: sabe a carne, como debe ser, sin tanta sazón agregada. Venía muy bien marcado en la parrilla y de buena consistencia.

Sobre las guarniciones, en la papa los toppings estaban muy buenos, pero la papa misma sabía algo desabrida, nada del otro mundo. Los champiñones, ésos sí, estaban excelentes.




Para balancear, pedimos también una ensalada de mandarina (110 pesos), que lleva lechuga, gajos de mandarina, arándanos, queso de cabra y nuez caramelizada. La vinagreta, también de mandarina, es deliciosa.



No podíamos irnos sin probar los postres, y por si no te decides, puedes pedir también que te traigan la bandeja de muestra.



Al final escogimos mejor un cono de nieve de mamey, que también te traen para que escojas. El helado es artesanal, se nota en su sabor.



¿Volveríamos? La verdad sí, pero no por cuenta propia. El lugar es hermoso, pero sus precios no son nada amigables salvo que te sobre mucho el dinero. Y la comida, aunque es sabrosa, no es tan espectacular para llegarle a lo que pagas. Te cobran más bien el costo de crianza y traslado de la carne y el valor agregado del lugar (ambiente, DJ, muebles caros, etc.). Quizá regresemos para festejar una ocasión especial, para cerrar algún negocio de altos vuelos o para echar un drink con algún amigo al que le dé miedo ir a un bar cualquiera.

Recomendamos: Cualquier corte de carne es de altura y cocinado a la perfección, ya depende si quieres algo con más grasa (y sabor) como un rib eye, o algo magro como el filete. La ensalada de mandarina es otra joyita.

Fue una comida agradable en Sonora Grill Prime. Pese al calor y las mesas extrañas, estuvimos muy bien atendidos y la calidad de su cocina quedó demostrada. En un lugar como éste es inevitable estar... al filo de la mesa.

¡Hasta el próximo corte!...

P.D.: En esta ocasión, su servilleta cumplió años. Aquí lo festejamos. (De los mejores brownies con nieve que he probado).