sábado, 25 de febrero de 2017

Chick'n Outlet




Av. José Alvarado 2568, Col. Villa Florida, Monterrey

Precios: baratos (puedes armar un muy buen paquete por menos de 100 pesos)

Horario: Miércoles a domingo de 12:00 pm a 3:00 pm

facebook.com/ChicknOutlet

Por Santoku

Cuando pensamos en pollo frito, la mayoría no salimos del que hace el coronel o del que tiene nombre de iglesia, ambas cadenas gringas muy arraigadas.

Pero el Chick'n Outlet ofrece todo el sabor de la cocina sureña de Estados Unidos, para ser exactos la cajún de Lousiana, desde una propuesta totalmente regiomontana.



Este local pequeño en la Florida ofrece pollo empanizado en piezas, en tiritas, papa entera o en puré, muffins, todo con el sabor especiado del cajún, en formato exclusivamente para llevar, listo para comer.



Y les va bastante bien, se acaba; hasta los camioneros urbanos se detienen puntuales a que les pasen su comida del día.

Puedes armar tu paquete al gusto, todo se cobra de manera individual, con: tiras (10 pesos), tiras especiales (13 pesos), piernas (12 pesos), muslos (14 pesos), puré (10 pesos), papa rellena de queso y jalapeño (10 pesos), ensalada de col (10 pesos), o muffins (6 pesos).



Pedimos casi de todo, pero como llegamos ya cerca del cierre, de las piezas sólo quedaban muslos.

La primera mordida es una experiencia, ya que no sabe a otro pollo que hayamos probado en Monterrey, sí se nota mucho la mezcla de especias, están presente a lo largo de cada bocado. El empanizado es abundante y crujiente, pero suele haber más de éste que de la carne, que está cocinada al punto correcto.



Las tiras de pollo están suculentas, crujientes, con el mismo sabor de empanizado, pero obviamente más fáciles de comer que una pieza con hueso. Te incluyen aderezos que pueden ser ranch, bbq o buffalo... este último fue nuestro favorito, es súper adictivo.



Ah, pero también están las tiras especiales, que están envueltas en queso y tocino, todo frito, es una delicia de gordos nivel master genius.

El puré de papa trae mucho gravy, muy sabroso, nada nuevo, está al nivel del que sirve el coronel.



La ensalada de col tiene su toque personal, es una muy buena mezcla de repollo con zanahoria, bien trituradas y mezcladas y con buen balance de sabor. No es tan lechosa como otras y se agradece.



Para cerrar, los muffins de mantequilla, aunque pequeños, dan un toque agradable para el postre. Pruébenlos con el gravy del puré de papa, es muy buena combinación.

¿Volveríamos? Sí, vale la pena la vuelta, muy buen sabor y precio, y comes como rey. Pero lleguen temprano, cuando está recién hecho, y no tarden mucho en ir a casa para comerlo calientito, no sean como nosotros que tuvimos que recalentar.

Recomendamos: El sazón en todas las presentaciones de pollo es igual, pero por comodidad preferimos las tiras, clásicas y especiales, con aderezo buffalo. Pero prueben de todo.




Buena comida, llenadora, propuesta diferente, Chick'n Outlet nos dejó totalmente... al filo de la mesa.

¡Hasta el próximo corte!...

martes, 21 de febrero de 2017

Ikkyu




Av. José Vasconcelos 671 Pte., Col. Del Valle, San Pedro

Precios: medios (alrededor de 200 pesos, salvo que pidas muchas cosas)

Horario: Miércoles a lunes de 1:00 pm a 11:00 pm


Por Santoku

Esta vez decidimos ir a disfrutar lo que anuncian como verdadera cocina japonesa en el Ikkyu, en San Pedro, por Vasconcelos rumbo a Santa Bárbara.

El local está medio escondido, tiene poco estacionamiento en frente, pero si buscas a la vuelta tienen uno propio con amplio espacio.



El menú es muy variado, hay desde sushi, platos de arroz, de fideos, sopas, ramen, teppanyaki, cazuelitas, postres. Opciones no faltan, y puedes armar paquetes.

Además, puedes ver cómo cocinan tu comida al momento en la barra, si estás cerca de ella.



Pedimos para botanear unos edemames, que te los sirven muy abundantes en un plato sazonados sólo con sal. Nada del otro mundo, pero siempre son bienvenidos.




También nos echamos unas brochetitas Yakitori, que son de pollo asado con salsa de anguila. Vienen dos, son pequeñas, están muy ricas, pero sólo hacen que te de más hambre.



Por eso mismo pedimos un Kakiage tempura, para picar entre varios. Éste trae verduras capeadas, bastante apetecibles. Volaron.



Ya era hora de pasar a los platos fuertes. Pedimos del apartado de arroces un Maguro Don, que es arroz gohan (al vapor) con atún fresco bañado en salsa de soya con wasabi y ajonjolí.



Éste tenía un sabor extraño, que iba y venía y nunca pudimos identificar de dónde salía. A lo mejor era el wasabi, quizá habría sido prudente revolver bien el plato primero.

Por otro lado degustamos el Ten Don, que son camarones capeados, con salsa de anguila sobre la cama de arroz.



En éste los camarones están muy ricos, pero una vez que te comes los tres que te incluye sólo queda un plato de arroz con salsa, pierde chiste.

Para llenar probamos los fideos Niku, en estilo soba (fideos delgados). Llevan carne de res, verduras y algas.



El caldo está muy sabroso, concentra todo el sabor de la carne, pero ésta en sí viene en pedazos pequeños y con muchos nervios.

Pedimos una pasta (Okinomiyaki) de res, media orden, pero estamos seguros que hubo algún error. Nunca la encontramos la res, traía hojuelas de pescado, al parecer era la orden grande y además básicamente sabía a pura mayonesa.



Al final nos quedó un huequito para el postre, y el elegido fue el pastel de matcha (té verde), con nieve de lo mismo y jarabe de café encima. Delicioso.



¿Volveríamos? Hasta dentro de un rato. Se ve que saben lo que están haciendo, pero nos quedaron a deber con los platillos que escogimos en esta visita. Además nos tocó un mesero nuevo que estaban entrenando y estuvo claro que se hicieron bolas con las órdenes, nos trajeron cosas que no eran lo que pedimos y al cobrar había cosas de más por acá o de menos por allá.

Recomendamos: Estamos seguros que lo más rico no lo probamos esta vez, pero de esta vuelta nos quedamos con el Kakiage de verduras tempura, las brochetas Yakitori y el pastel de matcha.

Interesante experiencia la que vivimos en el Ikkyu, pero algo faltó. Esperamos que en una visita siguiente ahora sí nos dejen... al filo de la mesa.

¡Hasta el próximo corte!...

Créditos de fotos: Tony Assad y Al Filo de la Mesa.

jueves, 16 de febrero de 2017

Govinda



Juan Ignacio Ramón 820, entre Diego de Montemayor y Dr. Coss, Barrio Antiguo, Centro, Monterrey

Precios: baratos (buffet por menos de 100 pesos)

Horario: Lunes a domingo, de 12:00 pm a 5:00 pm

facebook.com/restauranteGovindaungustosuperior

Por Santoku

En la búsqueda por opciones diferentes para comer, dimos con este rico buffet vegetariano en el Centro. Govinda ofrece un abanico muy variado de platillos sin carne, con un toque de sazón de la India.



Lo encuentras detrás del edificio del estacionamiento del Museo del Noreste, el lugar es pequeño, pero acogedor, con toques hindúes y vibra hippie.



La mesera nos preguntó si era la primera vez que veníamos, y nos explicó la mecánica: 95 pesos por lo que gustes servirte de la barra, tú llegas, te sientas, comes y pagas al final. Los miércoles hay promoción y son dos buffets por 160 pesos.




Te incluye la bebida, en este caso agua de guayaba con apio, que venía muy fresca y era refill, seguramente tenían la jarrita en el refrigerador ya lista.



Atacamos el buffet buscando probar de todo. Tienen opciones frías para que armes tu ensalada con verduras, nopalitos, revuelto de soya, etc. Si gustas tienen a disposición aceite de oliva y vinagre para aderezar.



En el apartado caliente hay sopas, guisos de verduras como calabaza o champiñones, soya, pastas, arroces, papas horneadas, chiles capeados, tortitas y albóndigas de vegetales... nos gustó especialmente una hecha con betabel y zanahoria, no puedes distinguir que no es carne. A veces también tienen pizza.



Como decíamos, todo tiene un gusto especiado, con pincelazos de la cocina india, como el uso de cúrcuma y curry.

Por el tipo de comida que sirven, puedes aprovechar para comer ligero y sano... si te controlas, ya que si te atascas de papas y arroz, ambos muy sabrosos, se acaba lo light.



Aprovechamos también para probar sus postres, en este caso rebanadas de pay vegano (35 pesos, lo cobran aparte), una de mango y otra de durazno, ambas con un toque de cardamono. Estaban ricas, sólo que venían bastaste congeladas, se dificultaba partirlas.



¿Volveríamos? Claro, es una opción diferente, buena y práctica para quienes andamos de rol o trabajamos en el Centro de la ciudad. El sazón es muy bueno y no hay excusas de que no llenaste. Suelen rotar los guisos, así que en cada visita es seguro que encuentras algo diferente.

Recomendamos: Del buffet, las albóndigas vegetarianas, los chiles capeados y las papas horneadas. Pero lo que escojan tendrá buena sazón, prueben de todo.

Comimos hasta que nuestro estómago y corazón quedaron contentos. Ya anotamos al Govinda en la lista de lugares BBB (buenos, bonitos y baratos) para comer algo rico y variado, y por supuesto quedar... al filo de la mesa.

¡Hasta el próximo corte!...

viernes, 10 de febrero de 2017

Seúl




Río Mississippi 118, Col. Del Valle, Centrito Valle, San Pedro

Precios: medios-altos (entre 150 y 350 aprox. según lo que pidas)

Horario: Martes a sábado de 12:00 pm a 12:00 am; domingo de 12:00 pm a 11:00 pm; lunes cerrado

facebook.com/restaurantcoreano

Por Santoku

Cada vez es más grande la presencia de coreanos en la ciudad, por las nuevas empresas, y con ellos llegan su cultura y gastronomía.

El Seúl existe desde antes del boom reciente, pero ahora lo aprovecha para brindar platillos autóctonos a connacionales y regiomontanos por igual.

Acudimos a su local, muy acogedor, en Centrito Valle y nos acomodamos en la mesa. La propietaria, muy sonriente, vino a atendernos y dejarnos los menús.



Éstos están en español, pero en las paredes tienen pizarrones con el nombre de los platos en coreano para los compatriotas visitantes (que sí había varios, se rumora que a ellos les sirven más...).



La lista de platillos es muy variada, tienen desde parrilladas, guisos, pastas, sopas, entradas, postres... Mientras lo hojeábamos, nos trajeron los complementos que eran kimchi, que es un sellos de la cocina coreana, básicamente es col sazonada con especias; y aparte germinado de soya y espinacas.



Por cierto, aquí los palillos son de metal, como cualquier otro cubierto (te traen éstos, tenedor, y cuchara.



Empezamos ordenando las bebidas, que fueron una limonada con gengibre (el cuál ni se notaba) y una jarra de té verde, bastante interesante.




Hacía mucho frío, así que optamos por sopas calientes. Y se lo toman en serio, porque te las sirven en un plato ardiendo, así que esperen un poco, no se vayan a quemar. Por cierto, todos los caldos los acompañan con un platito de arroz, que está algo apelmazado pero muy simple y rico.

Optamos por un Yuk Ke Chang (180 pesos), que es caldo de res picante con germen de soya, cebolla, cebollín, champiñones, nabo y fideos. Está sabroso y reconfortante.



También un Kim Chi Chi Gue (150 pesos), que es caldo picante a base de kimchi, cebolla, calabaza, tofu y carne de puerco. Es de sabor intenso y agregándole el arroz supo aún mejor.



Pedimos también al centro una ración de Toppoki, que en el menú escriben como Tek Bo Qui (150 pesos), una botana muy común en Corea. Se trata de un guiso con rollitos de arroz, carne de res, repollo, zanahora y cebolla.



La salsa picosita de éste está deliciosa, pero hay que comerlo caliente, de inmediato, porque si se enfrían los rollos de arroz se vuelven chiclosos y poco disfrutables.

Tuvimos curiosidad además por los Se U Jen (100 pesos), que son minitortitas delgadas de huevo con camarones pequeños, que te sirven acompañadas de salsa de soya.



Éstas son una comida muy simple, que sirven en las calles coreanas. No están mal, pero saben muy aceitosas.

¿Volveríamos? Sí, el menú es inmenso y amerita varias visitas. Nos sugirieron probar en la siguiente vuelta las alitas, costillas y demás “comida corrida”, aunque estén algo caras. Iremos y diremos.

Recomendamos: De las sopas, nos quedamos con el Kim Chi Chi Gue. Mézclenlo con el arroz como si fuera consomé.

Fue como un pequeño viaje a Corea nuestra visita al Seúl, comimos como realeza y quedamos totalmente... al filo de la mesa.

¡Hasta el próximo corte!...