viernes, 20 de mayo de 2016

Vancouver Wings and Beer




Anillo Periférico 1300 L9, Plaza Latino, Col. Colinas de San Jerónimo, Monterrey

Precios: accesibles (con menos de 200 pesos comes bien).

Horarios: Domingo a jueves, 12:00 pm a 12:00 am; viernes a sábado, 12:00 pm a 1:00 am

Facebook: Vancouver Wings San Jerónimo Mty

www.vancouverwings.com

Por Santoku

Nos atrajeron con la promesa de “las alitas más picosas de México”. Allá fuimos.

Vancouver Wings entra en el giro de bar de deportes, donde puedes ver a tu equipo mientras te echas unas buenas cheves y por supuesto, botaneas con un cubo de alitas, papas, etc.

Empezaron en Guadalajara en 2009, expandiéndose por varias ciudades de la República, ahora llegan a Monterrey en la zona de San Jerónimo y la van a tener muy peleada por el boom reciente de restaurantes de alitas en la ciudad.

El local no es muy grande, pero tiene una terraza agradable con pantallas para ver los juegos, aunque las mesas son pequeñas, con sillas altas estilo bar.




Ordenamos primero las bebidas: unos buenos tarros de cerveza, que estaban en promoción (30 pesos), aunque sólo incluían Tecate Light o Indio. Fuera de la promoción tienen un muy buen menú de cheve local y artesanal. No por nada dicen que la mejor excusa para visitarlos es ¡la cerveza! Tienen razón.

Ya refrescados nos asomamos al menú. Tienen ensaladas, hamburguesas, postres, botanas para picotear y por supuesto, alitas en varias salsas.

Aquí es donde presumen, pues además de las típicas buffalo, barbecue, lemon pepper, chipotle, entre otras, tienen las llamadas “incomibles”, del nivel 0 al 5 (aunque si las quieres aún más picantes, nos dicen que lo pueden hacer).

Quisimos ir poco a poco: pedimos 20 alitas en salsa nivel 0 (130 pesos), 10 boneless en nivel 1 (65 pesos) y para abrir hambre una orden de 10 aros de cebolla (35 pesos) y un plato de gajos de papas sazonados (50 pesos).

Los aros de cebolla están bien para el precio que tienen, no son los mejores, la cebolla tiene consistencia extraña y saben mucho más al empanizado que a otra cosa. Pero si nomás los quieres para monchear, no hay queja.



Los gajos de papas sí resultaron muy ricos, viene bien servido el plato y los acompañan con queso de nachos. También te traen mostaza y catsup aparte (esta última sabía rara, ¿qué marca será? ¿la harán ahí?).



Ahora sí, vamos con las alitas. La salsa nivel 0 está bien, sí se siente el picante, pero no te vas a enchilar, puedes comerlo sin problemas. Te da la sensación de que “podría ser peor”.



El pollo, por otro lado, estaba demasiado frito, la carne tenía consistencia más chiclosa que jugosa. No le llega a sus competidores más populares, pero están bastante comibles, no tienen mal sabor y la salsa les ayuda.

Un buen detalle es que al centro de la mesa ponen una cubetita para que vayas echando los huesos de las alitas y no se te amontonen en el plato. Por cierto, también las probamos en salsa buffalo, la tradicional, nada nuevo pero disfrutable.

Siguiente nivel: los boneless con salsa 1. Aquí el calor ya se empieza a notar, y eso que es de las más bajas. Sí pica, te pones a sudar pero es algo placentero, te enchilas poquito pero sabroso. Aunque si quieres llenar, tienes que pedir más de una orden, porque con 10 pedacitos que básicamente son nuggets más bien botaneas en lugar de cenar.



Precisamente eso hicimos, pedimos otra orden de boneless ahora con salsa nivel 2. Nos advirtieron que “con la 2 ya estás llorando, imagínate cómo serán las otras”, a ver si es cierto.

Y pues... no. Sí pican, pero nada de estar llorando ni sufriendo. Quizá tanto picante anterior ya me había dejado inmune, pero el nivel 2 fue un paseo en el parque comparado con la descripción que nos dieron. Sólo me dolió un poco la cabeza al acabar.

¿Volveríamos? Sí. Le habríamos seguido, pero ya había sido mucha salsa picante por un día, queda pendiente la segunda vuelta para probar las “incomibles” superiores. La verdad eso, junto con la cerveza y las promociones, es el atractivo de lugar, porque la comida no es la gran cosa. Es para ir con la raza a pasar un buen rato, más si eres del rumbo.

Recomendamos: Sean valientes y éntrenle a las salsas incomibles, ya sea en alitas o en boneless. Y nos cuentan su experiencia, a ver si el Al Filo Crew nos animamos...

El Vancouver Wings es un sitio al que los fans de las alitas se tienen que dar la vuelta, de perdido para curiosear, echarse unos tragos y buscar quedar... al filo de la mesa.

¡Hasta el próximo corte!...

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