martes, 29 de marzo de 2016

Tortas Alex



Blvrd. Puerta del Sol 106 B, Col. Colinas de San Jerónimo, Monterrey (Sucursales en toda el área metropolitana)

Precios: baratos (con menos de 100 pesos comes)

facebook.com/tortasalex01

Por Santoku

Ahora nos agarró el hambre ya de noche, traíamos antojo de tortas y de buenas alcanzamos a pasar por algo para llevar, justo antes de que cerraran.

Las Tortas Alex tienen sirviendo a los regios antojados desde 1969, son una marca ya bien establecida, y cuentan con sucursales en varios puntos del área metropolitana. Nosotros fuimos a la de San Jerónimo.




Pedimos una torta de pierna clásica, en combo con papas y bebida. Tan pronto llegamos a casa, atacamos.

Está de muy buen tamaño, te la parten a la mitad y el pan está crujiente por fuera y suave por dentro, bien planchadito. Dentro trae una buena ración de pierna deshebrada, lechuga, tomate, crema y aguacate.



Aparte, te incluyen salsas de mayonesa con chile, o de chipotle solo para que la adereces a tu gusto. Nuestra favorita fue la primera.

Eso sí, comerte la torta es toda una hazaña... casi que trae un aguacate entero -es el sabor dominante, de hecho-, y éste junto a la crema es una combinación buena para el paladar, pero no para las manos: todo se resbala, se sale del pan y se te desparrama en el plato. Quieres comértela rápido para no andar batallando.

Y la carne realmente no tiene un sabor especial, es todo muy sencillo.

Sobre las papas, están bien y ya, cumplen su papel secundario. Lo bueno es que son hechas ahí y no de bolsita.

¿Volveríamos? Quizá, si nos vuelve a agarrar el hambre y andamos cerca y con ganas de una torta. Aunque preferiría probar otra opción como la de arrachera o la de pavo, a ver si hay variación.

Recomendamos: Pues sólo probamos la de pierna, que cumple y ya. La probaríamos otra vez para comprobar si siempre son iguales, capaz el que ya estuvieran cerrando influyó en la calidad.



Si ven algún local de Tortas Alex, pásenle a curiosear, no pierden nada, son tortas clásicas y de perdido sí quedas lleno. Nosotros seguiremos buscando sitios que nos dejen... al filo de la mesa.

¡Hasta el próximo corte!...

viernes, 25 de marzo de 2016

Indio Azteca




Calzada Francisco I. Madero 1101 Ote., esquina con Diego de Montemayor, Centro, Monterrey

Precios: medios a altos (dependiendo de tu consumo, promedio 250 con todo y bebida).

facebook.com/indioaztecamx

www.indioazteca.com

Horario: Lunes a sábado, de 11:00 am a 11:30 pm.

Por Santoku

Ahora nos fuimos a un restaurante tradicional de Monterrey, el legendario y popular Indio Azteca, en Madero.

Este sitio, para los que aún no lo conocen, tiene ahí desde 1920, certificado y todo, y es una cantina en toda regla, sólo permiten la entrada a hombres y cierran los domingos.



Pero no es de mala muerte ni nada por el estilo. El lugar es sobrio, limpio, con meseros bien uniformados y un ambiente “señorial”.





Es ideal desde para agarrar la peda con los camaradas, ir a comer con tu papá o tu abuelo, o relajarte después del trabajo o el fin de semana con la raza y unas cheves bien frías.

Aquí lo más famoso son las botanas. Después de pedir la primera ronda de cervezas nos trajeron los clásicos totopos y de cortesía unos taquitos de chicharrón. Vienen seis, son pequeños e incluyen pico de gallo, que es más tomate que nada.



No están nada mal, aunque no te llenan y se acaban rápido, pero pues son para botanear. Les agregamos salsa molcajeteada y limón, que siempre tienen en la mesa.

Ya con algo en el estómago, continuamos la convivencia cervecera que, por cierto, te las traen bien frías y con un vaso helado por si prefieres tomar así, y en la pata de la mesa hay un compartimento para guardar la botella (no se te caerá) y que no te estorbe.



Tienen además whisky, ron, tequila, entre otras bebidas, como todo buen bar de renombre por si te antoja algo más fuerte. De hecho, una cara del menú está dedicada solamente a opciones para tomar.

Pedimos después un quesito flameado con carne adobada, muy bueno. Nos trajeron tortillas de harina con ese quemadito rico para hacernos unos buenos tacos.



Luego de esto le entramos un rato al dominó, que tienen disponible a petición, y tras unas buenas retas volvió a hacer hambre.




Entonces atacamos los platos fuertes, cuya especialidad es el cerdo. Abrimos con un lomo adobado, de sus platos estrella.



La porción es botanera, aunque si lo pides para ti solo quizá sí te llene. Viene así nomás, sin acompañamiento salvo las tortillas. Tiene muy buen sabor, excelente consistencia y te dan ganas de pedir más.

Completamos la cena con la aldilla de cerdo adobada. Ésta sale del hombro del marrano, no es tan suave como el lomo, pero aquí el sabor del adobo es más intenso. También está muy recomendable.



¿Volveríamos? Claro, éste es un lugar insignia de la gastronomía regia. Además, lo que digamos o no en esta reseña estamos seguros de que no les afectará en la clientela. La calidad y atención es totalmente profesional, es un sitio donde se te pueden ir las horas si vas con tus amigos. Aunque ¡aguas!, también se te puede ir la quincena si no cuentas tus bebidas.

Recomendamos: El lomo adobado es obligado, pero el queso flameado también estuvo bastante bien. En general todo lo que probamos tenía excelente sabor y acompaña muy bien tu trago, en este caso yo me tomé unas cervezas Superior, por si no las han probado, denle.



Ni nos dimos cuenta y ya habían pasado cuatro horas de excelente bebida, botana, juegos y amistades. Empezaron a recoger las mesas, como diciéndonos “ya estuvo ¿no?”, pero fácilmente nos aventábamos un rato más.

Salimos y afuera la raza se tomaba fotos para inmortalizar su visita a este pedazo de la historia regiq que es el Indio Azteca. Nosotros también lo hicimos, y ya planeamos el regreso para andar.. al filo de la mesa.

¡Hasta el próximo corte!...

martes, 22 de marzo de 2016

Punto Rojo



Plaza Altea Versalles, Local #4, esquina Padre Mier con Pino Suárez (también hay entrada por Hidalgo), Centro, Monterrey

Precios: accesibles (con menos de 200 pesos comes)

Facebook: PUNTO ROJO PIZZA

www.puntorojopizza.com

Por Santoku

“La mejor pizza que he probado en Monterrey”, así nos la vendieron y tuvimos que ir a comprobarlo a Punto Rojo, en la placita del Teatro Versalles.

Este local, cuyo nombre se pirat..., err inspiró de otra cadena de pizzas con el mismo nombre, pero en inglés, es pequeño, pero cómodo y muy bien atendido.





Su barra es como de restaurante de comida rápida, de hecho ése es su concepto: comida rápida italiana, con productos frescos y alimentos hechos al momento. Pides y pagas ahí mismo, tienen el menú arriba a la vista.

Destaca es su gran horno de leña al fondo, pues ése es su estilo, y puedes ver todo el proceso de creación, desde el amasado, armado y horneado de tu pizza.






Además, sirven pastas y complementos como alitas, ensaladas y papas. Y puedes armar combos.

Pedimos una pizza grande (149 pesos), la mitad Suprema (pechuga de pavo, salchicha para asar y salchicha italiana) y la otra mitad Cajún (pimiento verde, jalapeño y pechuga de pollo estilo cajún). Las dos combinaciones estaban muy ricas, en la de cajún se nota mucho el jalapeño, pero si la pides es porque eso esperas.




Alcanzamos a probar también, cortesía de unos amigos, una rebanada de la 4 Estaciones (champiñones, pepperoni, aceitunas, jamón). Es un sabor más clásico, por si quieres ir a lo seguro y bueno. La de 3 Quesos y Espinacas nos la recomendaron mucho también, luego la probaremos.



La masa es delgadita, muy sabrosa, no muy crujiente pero tampoco en plan tortilla, con la cantidad justa de queso e ingredientes de muy buena calidad. Te la sirven recién salida del horno y hay que comerla rápido porque si se enfría pierde su magia.

Las pizzas las aderezamos con los toppings que puedes llevar a tu mesa: salsa inglesa, salsa picante, aceite con chile, queso parmesano finamente rayado y el que más nos gustó: chilito en polvo que sospechamos incluye pimienta cayena, ya que pica mucho y es de efecto retardado.



Pedimos para acompañar una pasta Arrabiata (79 pesos), usualmente tienen de opciones spaguetti (larga) o penne (corta), pero esta vez la ofrecieron en rigatoni (corta, tubitos gruesos). La salsa es de tomate picante, sabrosa, y la pasta está cocinada al dente, es decir, ni muy suave ni muy dura, el término en que debe comerse.



¿Volveríamos? Sí. No podemos decir todavía si son las “mejores pizzas de Monterrey”, pero de que están buenas están buenas. Los 15 años de experiencia como pizzeros se notan y se toman su labor en serio. El local tiene afluencia constante, muestra de que ahí se sirve comida disfrutable. También tienen servicio a domicilio como cualquier pizzería que se respete, para la zona Centro (1871-1718).



Recomendamos: La pizza Suprema, o la 4 Estaciones... o las dos, ¿por qué no? O arma tu propia pizza, que también se puede.



Buon appetito!, nos desea Punto Rojo, y se cumple. Cuando andemos por el Centro y queramos pizza rápida de muy buena calidad, nos acordaremos de ellos. Nos mantuvieron totalmente... al filo de la mesa.

¡Hasta el próximo corte!...

martes, 15 de marzo de 2016

Sabor a Colombia



Prolongación Madero 4221 Ote., Col. Fierro, Monterrey

Precios: accesibles (con menos de 150 comes bien)

facebook.com/saboracolombiamty

Por Santoku

Paisa, pásele a probar “comida de mi tierra” en Sabor a Colombia. Y es verdad, pues es un sitio muy frecuentado por la comunidad colombiana de Monterrey... y por los amantes de la buena cocina como nosotros.

En este local regentado por una familia de Bucaramanga (ciudad a 4 horas de la frontera con Venezuela), te atienden ellos personalmente para transmitirte la alegría y calidez de los colombianos.



Esto se refleja también, obviamente, en la comida. La cocina colombiana no es muy exótica ni elaborada, de hecho es parecida a las comidas corridas mexicanas, pero tiene un sazón muy especial que la vuelve rica y llenadora.

Por ejemplo, probamos la Bandeja Paisa (100 pesos), que incluye arroz, carne molida, frijoles, huevo frito, maduro (plátano frito), chorizo, chicharrón y para acompañar, aguacate y una arepita. Trae un poco de todo y es perfecto para familiarizarte.



Ahora, si realmente traes hambre puedes pedir el Calenta'o Criollo (90 pesos) que es básicamente lo que mi mamá siempre dijo que no hiciera con la comida: revolverla toda.



El Calenta'o es arroz con frijoles, carne desmechada, chorizo, maduro y yuca (prima de la papa), con un huevo estrellado encima para rematar y el tradicional aguacatito a un lado. Todo bien mezclado para hacer una bomba deliciosa y que realmente alimenta.

No me lo pude acabar, así que tuve excusa para volver a probarlo al día siguiente re-calenta'o en mi casa (nota: supo aún mejor).

Por otro lado están los caldos, como el Ajiaco Santafereño (90 pesos), que es una sopa hecha a partir de cuatro tipos distintos de papa, elote, alcaparras, pollo desmenuzado, crema y cilantro. Su sabor es realmente intenso, sin llevar ingredientes especiales; lo pediríamos dos veces si tuviéramos espacio. También se acompaña con arroz y aguacate.



Obviamente también se pueden pedir las tradicionales arepas (25 pesos c/u), empanadas de maíz, yuca o trigo (20 pesos c/u) y patacones (25 pesos c/u).

De las primeras probamos de queso, acelgas con queso y de deshebrada: todas deliciosas y suaves.



Las empanadas fueron de yuca, y los rellenos elegidos fueron pollo y carne, ambos mezclados con arroz y huevo. Muy reconfortantes, golpean directo en el hambre y la combinación es acertada.



De los patacones, que son como tostadas de puré de plátano frito, probamos el de pollo, muy sabroso también.



Todo lo aderezamos con ají, la salsa típica colombiana, que incluyen al centro. Ésta no es picante, pero tienen una versión que sí pica para quienes extrañen lo mexicano.




Un toque especial lo dan las bebidas, pues importan directamente las marcas de refrescos de allá: Pony Malta, Colombiana, Postobón... aquí si pueden probar sabores diferentes.




Y todavía más exóticos son los jugos que ofrecen como el de mora o el de lulo, en especial este último que sabe a naranja con kiwi (y con razón, nomás vean la foto de la fruta).



Antes vendían cerveza colombiana, pero por complicaciones de importación dejaron de hacerlo hasta nuevo aviso.

¿Volveríamos? Si al momento no han deducido que la respuesta es ¡sí!, algo hicimos mal al escribir esta reseña. Todo es delicioso, excelente trato, buenos precios; no le hace que el lugar sea pequeño y quizá haya que esperar para sentarse. El único detalle de la visita fue que por el calor insoportable tenían prendido el clima y todos los abanicos, detalle que el comensal agradece pero no así la comida, que se enfrió rápido, pero eso se soluciona apuntando los minisplits hacia el techo.

Recomendamos: nos quedamos con el Ajiaco Santafereño: es adictivo, reconfortante y sin llevar nada del otro mundo. Con este platillo valdría la pena una segunda visita, y tercera, y cuarta... Estén atentos, ya que también hay platillos del día que varían, y para mediados de abril traerán un panadero colombiano para ofrecer panes autóctonos. Habrá que probar.



Esta esquina culinaria amarilla, azul y roja merece ser conocida entre los comensales regiomontanos, sus puertas están abiertas para compartir con nosotros los goles de James Rodríguez, una buena taza del rey del café, música sabrosa y comida todavía más.



Vayamos a darles la también enorme hospitalidad regiomontana, pues en Sabor a Colombia nos recibieron como en su casa para dejarnos completamente... al filo de la mesa.

¡Hasta el próximo corte!...



jueves, 10 de marzo de 2016

Big Slice



Río Mississippi 103, Centrito Valle, Col. Del Valle, San Pedro

Precios: medios (rango 95-200)

facebook.com/bigslicecentritovalle

www.bigslice.com.mx

Por Santoku

Comida italiana tradicional, pizzas artesanales y un ambiente que busca transportarte a un rinconcito de Sicilia o Turín, es lo que te ofrece Big Slice, en Centrito Valle.

Este restaurante es parte de una cadena que empezó en Toronto, Canadá, pero un día su dueño, enamorado de Acapulco, quiso probar suerte en México y en 2004 surgió esta sucursal en San Pedro.

El local es muy amplio, puedes ver la cocina donde preparan las pizzas, y la decoración es muy cálida, en tonos rojos e imágenes que evocan la tierra de las pastas, el vino y “La Juve”.



El menú es variado, tienen entradas, sopas, ensaladas, lasañas, pastas (puedes pedirlas en espagueti, fetuccini o penne; también en media orden) y puedes armar tu pizza o pedir una de las opciones que recomiendan.

Para botanear probamos unas papas con salsa napolitana y queso parmesano (55 pesos). Las papas estaban más o menos, algunas muy cocidas y suaves, otras algo duras, como si las frieran en sartén con aceite no tan caliente; de sabor, pasaban. Lo bueno es que la salsa de tomate y el queso, éste sí muy rico, levantaban su sabor.



Mejoramos bastante las papas con los aderezos para las pizzas que tienen en la mesa: chile de árbol seco, salsa picante, salsa valentina y salsa inglesa.



Ordenamos luego media porción de pasta boloñesa, en espagueti (50 pesos). Se equivocaron y nos trajeron lasaña boloñesa, por lo que solicitamos el cambio de inmediato.



La pasta, eso sí, está muy rica, al dente. La salsa de carne molida sabe muy bien también, eché en falta algo más de tomate, pero sería por puro capricho. Viene acompañada de una rebanada de pan tostado con ajo y mantequilla.

Un buen detalle es que los cubiertos están presentes en la mesa desde el principio, acomodados junto a las servilletas y los aderezos.

No podíamos dejar pasar la oportunidad de probar la pizza, que era lo que buscábamos originalmente. Nos decidimos por una de 4 carnes tamaño mediano (160 pesos), que lleva chorizo italiano, pollo, jamón y pepperoni.



Te la traen al centro, en un plato elevado para que tú mismo la sirvas. La masa está buena, el queso derretido y rico, en la selección de ingredientes también se aprecia calidad, tiene ese toque que no se ve “comercial”. Pero hay que comerla mientras está caliente, ya que por ejemplo una vez  que se enfría, el pollo empieza a saber seco. La bañamos con los aderezos que ya mencionamos antes.



Ahora, un punto muy importante: el servicio. En esta visita tuvimos una experiencia extraña, al parecer había un mesero “bueno” y otro “malo”. Nos tocó en un principio el segundo, y quizá me faltó expresar mejor las cosas, pero repetimos verbalmente la orden un par de veces. Su trato además era seco, no es necesario que sea súper buena onda, pero al menos algo de interés habría estado mejor.

La orden nos la trajo al final el “bueno”, y fue cuando nos dimos cuenta que se había equivocado de plato. De su parte la atención fue cálida, estuvo al pendiente de si necesitábamos algo más. Aunque eso sí, insistía en querer refillear la bebida cuando habíamos comentado que no era necesario.

Lo que sí nos molestó es que nos cobraran 30 pesos por el cambio de platillo, cuando el malentendido fue de su parte.

¿Volveríamos? Por la comida, es probable, y aunque esta vez no estuvo mal, creemos que hay cosas aún más ricas que no probamos. Solamente esperamos que la atención mejore en la siguiente vuelta para quitarnos esa espina.

Recomendamos: pizzas para compartir, la de 4 carnes está rica, pero tienen opciones más gourmet para experimentar.



Seguramente Big Slice tiene mucho más que ofrecer, se ve que conocen muy bien la cocina italiana, pero al final el último veredicto lo tiene el comensal. Vayan a probar y decidan. Nosotros seguiremos... al filo de la mesa.

¡Hasta el próximo corte!...