martes, 17 de enero de 2017

Yamasan Ramen House



Av. Vasconcelos 345, Col. Santa Engracia, San Pedro, en Plaza Tanarah

Precios: medios-altos (poco arriba de 200 pesos por persona)

Horario: Martes a sábado, de 1:00 pm a 11:00 pm; domingo de 1:00 pm a 5:00 pm. Lunes cerrrado.

facebook.com/RamenMonterrey

www.yamasan.mx

Por Santoku

Por lo general, cuando pensamos en comida japonesa en Monterrey, nos vienen a la mente infinidad de locales de sushi, la mayoría bastante anorteñados. Lugares para degustar verdadero sazón nipón, con más variedad, son pocos en la ciudad. El Yamasan es uno de ellos.

Este restaurante en Plaza Tanarah, que es parte de una cadena con sucursales en la CDMX y Querétaro, ofrece una lista de platillos cocinados al momento, pero su especialidad es el ramen, o fideos japoneses.



Puedes sentarte en mesas afuera, o adentro en la barra frente a la cocina. Como hacía frío, optamos por la segunda y la consideramos una mucho mejor experiencia, es como estar en una fonda japonesa, viendo cómo preparan tus alimentos.




Para beber pedimos una limonada con jengibre, que no está mal, pero yo no le encontré el sabor a jengibre, quizás de manera muy sutil.

Para comer, primero pedimos unas Yaki Gyoza (85 pesos) para compartir, que son cuatro empanadas de carne, totalmente suculentas. El mesero nos explicó cómo preparar la salsa para aderezarlas, con vinagre, soya y chile que ya están sobre la barra.



Como debe ser, aunque batalle, me las comí con los palitos, pero también hay tenedores para aquellos que no sean tan diestros en la tradición oriental.



Ahora sí, a lo que íbamos: el ramen. Nos fuimos por las opciones Yamasan, en tamaño chico (145 pesos), y el Boshu Kakuni, chico también (145 pesos). “Chico” es un decir, porque es un plato sopero tamaño estándar, que te deja bien servido; para los apetitos feroces está la opción grande, que es como para alimentar a una familia pequeña.

El Yamasan es un caldo espeso de cerdo y pollo, más los fideos, verduras como repollo, zanahoria y elote y finos trozos de tocineta. Está riquísimo y reconfortante, aunque el sabor es especiado, se nota mucho el ajo y el jengibre, a nosotros eso nos gustó, pero es algo para tomar en cuenta para paladares más sensibles.



Por su parte, el Boshu Kakuni es un caldo más ligero, de cerdo, y no cualquier corte, sino un exquisito trozo de pork belly que se derrite en tu boca, con sus respectivas verduras y fideos. Estaba tan bueno que al final levanté el tazón y me bebí el caldo... me sentí en un ánime.



El ramen en ambos está justo en su punto, ni muy blando ni duro, se come también con los palillos (o tenedor), pero en la barra también hay cucharitas especiales para ir bebiéndote el caldo.

¿Volveríamos? Claro que sí, es delicioso, además nos falta probar todo lo demás que no es el ramen. Y la experiencia de comer en la barra, viendo trabajar al chef y su equipo de cocineros, le da un plus a la visita.

Recomendamos: El ramen Boshu Kakuni... la verdad cualquiera que pidan es seguro que estará delicioso. Vayan y disfruten.

Arigato, Yamasan, nos dejaste total y completamente... al filo de la mesa.

¡Hasta el próximo corte!....

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