Av. Del Estado 317. Col. Tecnológico, Monterrey
Precios: medios-altos (de 100 a 250 pesos por cabeza)
Horarios: martes, miércoles y domingo, de 11:30 am a 10:00 pm; jueves a sábado de 11:30 am a 12:00 am; lunes cerrado.
facebook.com/ElparceroMt
Por Santoku
La “invasión” colombiana del futbol regiomontano da el salto a las cocinas con El Parcero, en la zona Tec, que ofrece platillos típicos en un ambiente de goles y vallenato.
Edwin Cardona, crack de los Rayados, abrió este local junto a su esposa para ofrecer comida de su tierra a paisanos y regiomontanos curiosos como nosotros.
El lugar es 100% futbolero, con banderines de equipos colgando de techo y una pantalla gigante en el exterior donde pasan tanto los juegos de la liga mexicana (obviamente los del Monterrey tienen prioridad) como los del futbol colombiano.
Además, de cuando en cuando un grupo en vivo prende la velada con cumbias y música vallenata, para darle más sabor al sabor.
Pero clavémonos en lo que nos interesa: la comida. ¿Está de gol o fuera de lugar?
Habíamos hecho reservación desde días antes por Facebook, nos habían contestado, pero al llegar nuestro nombre no estaba en la lista. Tuvimos que esperar a que trajeran otra mesa para que nos pudieran sentar. Tardamos más, pero al menos nos resolvieron.
Para beber probamos el jugo de Curuba, que es una fruta que tiene un sabor parecido a la guayaba. Nos lo trajeron en un vaso muy bonito, venía muy fresco y rico, fue algo diferente.
Nuestro plato fue la Bandeja Paisa (250 pesos), que nunca puede faltar en la comida colombiana. Es un platillo surtido que incluye plátano frito, chorizo, carne mechada, aguacate, arroz con un huevo estrellado, arepa, frijoles y una carne a elegir: res, cerdo o chicharrón. Nosotros escogimos el último.
Es un platillo que ya conocíamos, y no sabemos si es porque tenían mucho trabajo por haber futbol y vallenato en vivo, pero no nos satisfizo.
A pesar de que viene bastante bien servido el plato, los frijoles estaban fríos, la carne mechada insípida, y la arepa, que usualmente es hecha con harina de maíz amarillo y es suave, sabrosa y calientita... aquí estaba helada, dura, de masa blanca, de hecho tenía apariencia de una tortilla de maíz gorda y fría.
¿Volveríamos? Por la comida no, nos llevamos una decepción porque hemos probado comida colombiana antes y sabe a amor casero y abrazos; aquí es todo lo contrario. Quizá volvamos para echarnos unas cheves, ver un partido o escuchar música. El ambiente es una fiesta y la gente es muy cálida, pero la cena dejó mucho qué desear. (Si quieren comida colombiana deliciosa, vayan mejor a este otro lugar).
Recomendamos: Que prueben otra cosa que no hayamos mencionado aquí, capaz y está mejor.
Música cálida, pero alimentos fríos y algo de caos en la organización. Quizá otro día sin tanta fiesta la experiencia sea mejor, por ahora preferimos buscar otro lugar que sí nos deje... al filo de la mesa.
¡Hasta el próximo corte!...